La vida de Carmen Maura estaba un poco patas arriba cuando en 1977 conoció a Pedro Almodóvar en una obra de teatro donde ella ejercía como protagonista y él, como meritorio. Por un lado, no hacía mucho que la madrileña se había separado, no precisamente en buenos términos, de su marido, el abogado Francisco Forteza, que se tomó fatal que decidiera dejar la galería de arte que regentaba para intentar dedicarse a la interpretación. Por otro lado, el susodicho le llegó a quitar la custodia de los dos hijos que habían tenido juntos, algo que la dejó tocada anímicamente pero no le arrebató la ilusión. “Yo no había hecho nunca nada que se esperara de mí”, confesó al respeco en el documental ¡Ay, Carmen!, “pero me salió la vena contestataria y empezaron 12 años que si los hubiera visto entonces en una película no sé si hubiera sido actriz, la verdad. Doce años de luchar por los niños, porque me los quitaron”.
El trabajo fue una gran vía de escape para Maura, protagonista de un flechazo mutuo e instantáneo con Almodóvar, que entonces trabajaba en Telefónica y no tenía un duro. “Carmen se sentía realmente fascinada por mí y pasábamos mucho tiempo en su camerino. Mientras se peinaba y se maquillaba le contaba las historias que escribí””, comentó una vez el manchego, que la dirigió por primera vez en el largometraje Folle… folle… fólleme Tim (1978), y luego la fichó como protagonista de su película Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), fruto de un rodaje caótico que duró dos años y salió adelante gracias a la colaboración desinteresada de amigos.
“Si hubiese tenido a alguien asesorándome probablemente me hubiesen recomendado que pasara de Almodóvar, al que entonces se consideraba un loco”, ha dicho ella. “Yo tenía una carrera en el teatro y eso era lo que entonces se consideraba prestigioso. Pero aposté por él porque quise, y no me equivoqué”.
[–>
Durante la década de los ochenta, los dos unieron sus fuerzas en varias ocasiones. Aunque algunas veces los papeles llegaran a manos de Maura de rebote. Así sucedió por ejemplo en el caso de Qué he hecho yo para merecer esto (1984), que no pudo ser protagonizada por Esperanza Roy por un tema de incompatibilidad de agendas, o de Matador (1986), donde el papel de Maura estaba pensado en un principio para Charo López. Después de estrenar esta última rodaron juntos La ley del deseo (1987), el primero de los largometrajes de Almodóvar producido por El Deseo, donde su entonces amiga interpreta a una chica trans llamada Tina.
“De todos los personajes que he hecho en mi vida, el de Tina es uno de los que más me ha gustado hacer”, apuntó la actriz, “aunque me dejara el pelo chamuscado, las uñas fatal y yo me quedara un poco como si me hubieran sorbido el seso. Fue un momento absolutamente especial, porque Pedro adoraba ese personaje y mi relación con él era maravillosa. Recuerdo mucho su voz diciéndome lo que tenía que decir, y haciendo gestos que luego yo imitaba”.
Diferentes críticas
[–>
La ley del deseo funcionó bien en taquilla y su originalidad fue elogiada por la prensa especializada. Sin embargo, nadie se acordó de ella en los Goya, y esto llevó a que un dolido Almodóvar comentara que su cinta había sido ignorada por los académicos “por un motivo vulgar y anodino: por envidia”. La historia fue muy distinta con Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), una mordaz comedia que lanzó a la fama internacional al director, hasta el punto de competir como mejor película de habla extranjera, y granjeó a Maura el primero de sus cuatro cabezones.
Pero un día se descubrió que las tensiones de aquel rodaje ocasionaron el final de una gran amistad. “No me gusta recordarlo porque fue muy duro”, explicó la intérprete. “A las ocho de la mañana ya decía: ‘Como sigas así te vas a cargar la película’ o ‘Qué falsa estás, Carmen’, delante de todo el equipo. Lloré mucho. Creo que lo de Mujeres… empezó antes incluso de rodar y fue porque lo había escrito para mí […] When I left the first screening of the film, Pedro told me: ‘Do you realize, Carmen, that you are 50% of what a good actress should be?’” Without wanting to go into too many details, the aforementioned declared to the newspaper The Country: “I have problems with Carmen that come from afar. I thought they could be solved, but that hasn’t been the case,” while in another interview he said that “Carmen confused the passion she felt for me as a performer with a loving passion, and she began to behave more like a wife than an actress.”
La tensión entre ambos llegó a su punto álgido en el marco de la ceremonia de entrega de los Premios Oscar de aquel año. Según el periodista Carlos Ferrando en su libro de memorias La delgada línea rosa, Almodóvar, como nominado, tenía dos butacas en platea, mientras que al resto de sus acompañantes les tocó estar en el gallinero. “Él iba a ir acompañado de Carmen, claro”, escribió el periodista. “Y de pronto, al aparecer la expareja de Pedro, este decidió sentarse con él. Ella se pilló un rebote de cuidado y le montó una bronca espectacular. Aquello fue un show de los buenos.
Carmen llegó a decirme que convocara una rueda de prensa con todos los periodistas españoles que estuvieran cubriendo los Oscar. Quería ponerlo a caldo. ¿Qué era eso de ir a la gala del brazo de su ex y no de su estrella? No lo entendía. Quería contar burradas de Pedro, hablar con todos los corresponsables posibles. Ni os cuento lo que costó convencerla de que se calmara y de que, a cambio, iba a ir de la mano del productor americano para estar sentados en la misma fila. Y claro, la madrileña tragó”.
Después de aquel fuerte desencuentro, director y actriz tomaron caminos diferentes. Él se fue consagrando poco a poco como el cineasta español más conocido en el mundo después de Luis Buñuel, mientras que ella, que durante años vivió entre España y Francia, consiguió encadenar proyecto tras proyecto, poniéndose a las órdenes de grandes del cine como Mario Camus, Álex de la Iglesia o Francis Ford Coppola. En cualquier caso, la pareja coincidió alguna que otra vez en homenajes y galas de premios donde ambos procuraron poner buena cara ante las cámaras, e incluso intercambiaron algún gesto cariñoso.
“Existe la posibilidad de volver a trabajar juntos. Pero antes a ella tiene que pasársele el susto. Tiene que respirar”, comentaría el manchego en una entrega del programa Versión española. Y en 2006, como el tiempo lo cura (casi) todo, los dos mantuvieron una conversación que permitió que pudieran rodar juntos Volver, una película excepcional, premiada en Cannes, donde queda claro que el tándem no había perdido ni un ápice de su química profesional. “El primer día, con la primera instrucción que [Almodóvar] I guess I nailed it,” the actress would later recall. “I did it exactly how he wanted, which is how I was used to working with him. “It gave us both goosebumps, because it wasn’t normal after so long.”
Poca diversión
[–>
Sin embargo, aquella experiencia de disfrute contrasta con lo poco que Maura se divirtió al estrenar el filme. “Cuando llegó la promoción de ‘Volver’ no fui muy feliz, porque no me dejaron… De repente parecía que nadie en el mundo quería hablar con Carmen Maura, cuando he hecho otras películas y ha habido un montón de prensa y todo eso. De repente es como que cortaron”, lamentó la actriz, que ya no volvería a colaborar con el manchego y, por lo que comentó en una entrevista de 2012, tampoco lo necesita: “Nos tomamos un café para ‘Volver’, la rodé y ya está. No creo que vuelva a trabajar con él, porque sus rodajes son tensos y no me apetece. Álex [de la Iglesia] he is younger and nicer, there is no color”.
[–>
Lejos de cortarse un pelo, el productor Agustín Almodóvar, hermano del manchego, respondió a estas palabras suyas a través de la red social X (entonces llamada Twitter): “Tranquila, no pensamos llamarte”. Desde entonces, una y otro han evitado hablar públicamente de su relación de idas y venidas, aunque Maura ha reconocido que actualmente no tiene ningún tipo de trato con él, y el director de La habitación de al lado (2024) se acordó de ella hace solo unos días, durante su discurso de agradecimiento del premio Donostia: “He tenido la oportunidad de trabajar con algunos de los mejores actores y actrices y técnicos de este país y con ellos debo compartir este premio. Este Donostia es de El deseo […]. It is also from Penélope, from Carmen, who was really the one who discovered me. Thank you, Carmen Maura”.
[–>[–>