El suicidio es la primera causa de muerte por motivos no naturales en España, donde una media de once personas se quitan la vida cada día. También en Galicia, que registra más de 300 muertes autoinfligidas cada año. Un drama difícil de abordar, tanto desde el punto de vista profesional como en términos familiares e interpersonales, pero entre sus múltiples aristas, hay algo que los expertos en salud mental tienen claro: “Hablar con responsabilidad del suicidio no mata, el silencio sí”. Desterrar mitos, escuchar más y asumir menos y dar apoyo ante posibles señales de riesgo, coinciden los especialistas, son “claves” en la prevención, como también lo es proporcionar recursos asistenciales a los ciudadanos “para que sepan que pueden pedir ayuda si están mal de ánimos o pensando en quitarse la vida”.
“La ideación y los intentos de suicidio son respuestas a un dolor emocional muy intenso. No son un acto de valentía, de cobardía ni de nada por el estilo, y tampoco un intento de llamar la atención. Todos, como sociedad, tenemos que mostrar interés, intentar ayudar en la medida de lo posible y tratar de hablar del tema con confianza”, aconseja la doctora Andrea Prieto, psiquiatra de la Unidad de prevención del suicidio del área sanitaria de A Coruña y Cee. Un dispositivo “de alta intensidad” y “multidisciplinar”, que entró en funcionamiento, “de manera oficial”, en “mayo de 2021”. Desde entonces, han pasado por sus consultas “cerca de 400 pacientes”. La mayoría “mujeres”, con edades comprendidas “entre los 30 y los 50 años” y un perfil “muy heterogéneo”, en lo que a “psicopatología” se refiere.
“Vemos a mucha gente con problemas sociales, tanto económicos, como relacionales, de tipo laboral… También, con patologías más específicas, como trastorno bipolar, o con diagnóstico de trastorno esquizo-afectivo. En general, es un perfil muy heterogéneo”, incide la doctora Prieto, quien admite que, “al principio, durante el primer año (o año y medio)”, atendieron “a muchos adolescentes” y adultos muy jóvenes, “de entre 16 y 20 años”.
Jóvenes y urgencias
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“En la actualidad, tenemos pacientes jóvenes, pero menos adolescentes que antes. Algo que, en nuestro caso, creo que también viene influido por el hecho de que la Unidad de Salud Mental infanto-juvenil se ha potenciado con el nuevo Plan de Saúde Mental y, probablemente, la gente está un poquito más atendida en la franja de 15-16 años, y ya no nos llegan tantos pacientes de esas edades. También pienso que, ahora que ha pasado la pandemia, las cosas están un poquito más reguladas entre adolescentes. Esta es la sensación que tenemos, en general, por el número de urgencias. Sigue habiendo muchas más que antes del COVID, desde luego, a nivel de infanto-juvenil, pero se han reducido un poquito”, asegura la psiquiatra de la Unidad de prevención del suicidio, cuyo equipo completan una psicóloga clínica, Mercedes Fernández, y una enfermera especialista en Salud Mental, Sara García.
“Somos un dispositivo de alta intensidad y multidisciplinar. Esto quiere decir que intentamos ver a los pacientes con más frecuencia que en las unidades de Salud Mental específicas”, resalta la doctora Prieto, quien reconoce que, “a veces, hay mucha demora en las consultas de psicología clínica a través de la vía pública”, de ahí que “esa parte, en ocasiones, quede un poco más descuidada”. “Aquí recalcamos a los pacientes que es importante que vengan a todas las consultas, y empiecen a abordar el problema desde los diferentes frentes que nosotras podemos identificar y tratar”, señala, antes de especificar que “el seguimiento”, en ese dispositivo, “tiene un periodo de tiempo máximo” de unos “seis meses”, con “la idea de que los pacientes focalicen una finalización”, y “se centren un poco más en la recuperación, en seguir las pautas…”.
Consultas de alta intensidad
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“Las consultas son de alta intensidad, lo cual significa que, más o menos, cada 10-15 días, suelen tener una cita con alguna de nosotras. No obstante, nos amoldamos mucho a las preferencias de los pacientes. De hecho, los hay que se decantan por hacer coincidir consultas, porque vienen de lejos [el dispositivo abarca toda el área sanitaria]”, explains Dr. Prieto, who indicates that patients can “referrals to them from any Mental Health service.” “We accept everyone who has moderate-high suicide risk. Those that do not require specialization, and that cannot be maintained in an ordinary monitoring regime. This includes people who have attempted suicide, as well as people with suicidal ideation. In some cases, to try to avoid a repeat attempt and, in others, to avoid the attempt, directly,” says the psychiatrist from the Suicide Prevention Unit of the A Coruña region, who claims that the first step to Preventing suicide is “talking” about this great social and public health problem, “like we talk about any other medical emergency.”:
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“Siempre decimos a las personas que pasan por nuestra Unidad que pueden acudir a Urgencias si se encuentran mal y están teniendo ideas suicidas, igual que lo harían, por ejemplo, si notasen un intenso dolor de barriga”. Buscar ayuda, intentar “hablar sobre ello” con alguien de su entorno o contactar con alguno de los teléfonos de atención a la conducta suicida “es fundamental”.
‘Jornada sobre Salud Mental en la infancia y adolescencia’ organizada por la Fundación Salma en A Coruña
Con motivo del Día mundial de la salud mental, que se conmemora hoy, el Salón de Actos de la ONCE en A Coruña (Cantón Grande, 3) albergará esta tarde una Jornada sobre Salud Mental en la infancia y adolescencia, organizada por la Fundación Salma, el Colexio de Educadoras e Educadores Sociais de Galicia (Ceesg), la Fundación Fidmag (Germanes Hospitalàries Research Foundation), el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CiberSam) y el Concello coruñés. El encuentro, que arranca a las 19.30 horas, contará con ponencias sobre el impacto del entorno y conductas de riesgo en la salud mental, a cargo de Raquel Fernández Domínguez, educadora social del Ceesg; la doctora Bárbara Arias Samperiz, bióloga del CiberSam; y Ana Aquino Servín, psicóloga de la Fundación Fidmag.
Como en psiquiatría “no todo es cuestión de genética”, apuntan desde Salma, el encuentro se centrará en el impacto “determinante” de los factores ambientales, sociales y familiares en el desarrollo mental de los de menos edad. Así, la educadora social Raquel Fernández Domínguez ofrecerá la charla Entendiendo el cerebro para educar desde la prevención, mientras que la doctora Bárbara Arias Samperiz hablará de los efectos del consumo de cannabis sobre la salud mental de la población joven. La psicóloga Ana Aquino Servín, por su parte, abordará el impacto del conocido como binge drinking, los atracones de alcohol en un corto espacio de tiempo, en el cerebro del adolescente.
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